Recordar esta historia, tantas veces contada, que nos hizo llorar, reír, y aprender lo bella y dura que puede ser la vida, es una excelente manera de recordar al recién fallecido, el italiano Rubino Romeo Salmonì, uno de los últimos judíos romanos supervivientes a la persecución nazi que quedaban con vida y quien inspiró este filme. El, fue identificado en el campo de concentración nazi de Auschwitz con el código A15810, y contribuyo a que se conociera la realidad del Holocausto al que fueron sometidos los judíos por parte del régimen de Adolf Hitler.
Fue un hombre valiente al cual siempre recordaremos, ya que nos demostró que en realidad la vida es Bella.
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